20-12-2021
Al hogar Las Creches llegan niñas en riesgo social que han sido vulneradas en sus derechos. Para que ellas puedan salir adelante, adquieran nuevas habilidades y vivan en un espacio seguro, el proyecto piloto del Programa de Voluntariado de las oficinas de Santiago está realizando una serie de acciones que necesitan del apoyo de todos.
Carla Orellana llegó a Las Creches cuando tenía 5 años. Su mamá tenía esquizofrenia y no contaba con las condiciones para cuidarla, darle de comer o educarla. Pero esta no era su primera experiencia en un hogar, ya había pasado gran parte de su vida en este tipo de establecimientos. "Acá es muy distinto porque hay gente que te quiere de verdad, están dispuestos a apoyarte. Te guían paso a paso todos los días, se preocupan de que sigas estudiando, de que salgas adelante", asegura.
Muchos años antes, Aurora Benavides también vivía en Las Creches. Ingresó el año 1935 y egresó en 1942. "Fue mi casa, fue mi todo. Ahí me crié porque yo era del campo. Aprendí muchas cosas y ellos estuvieron en las buenas y en las malas. Cuando no teníamos para comer, de alguna manera nos arreglábamos. Es lo que uno más necesita en ese momento, llegué y me recibieron con harto cariño", cuenta.
Como ellas, muchas niñas han pasado por el hogar Las Creches. Un establecimiento que por más de cien años alberga a menores en riesgo social. El objetivo es cubrir todas las necesidades de las 22 niñas de entre 5 y 18 años que actualmente alberga el hogar: salud, alimentación, educación, vestuario, recreación y un lugar digno donde vivir. Este último punto es uno de los principales propósitos del proyecto piloto del Programa de Voluntariado de las oficinas de Santiago.
"Cuando conocí el hogar me di cuenta de que necesitaba auxilio. Las instalaciones están a muy maltraer, son casitas de madera que se fueron haciendo de a poco y que hoy las invaden las termitas. Las escaleras y las terrazas donde se reúnen las niñas están sujetas con unos palitos que podrían caerse en cualquier momento. El hogar no recibe subvención del gobierno porque están emplazados en un terreno ubicado en La Reina, una comuna considerada de baja vulnerabilidad. Sin embargo, tienen muchas deficiencias en seguridad e infraestructura, cuenta Gilda Guzmán, asistente de la gerencia corporativa de Finanzas y también integrante del grupo motor de Voluntariado de Antofagasta Minerals.
Por eso, la ayuda que realizan tiene tres ejes principales: reparación y mantención de infraestructura para resguardar la seguridad de las niñas, capacitaciones y captación de socios. "Ellas tienen una cocina habilitada pero no tienen ollas, platos, cubiertos, nada más que la cocina y un par de mesones. Por eso, dejarla habilitada con todo lo necesario es una de nuestras principales iniciativas. Además, queremos capacitarlas. Vamos a partir realizando talleres culinarios. Si siguen aprendiendo, por qué no hacer un pequeño emprendimiento y que puedan vender, por ejemplo, bolsitas de chocolates, queques o lo que sea que pueda transformarse en una herramienta laboral para su futuro", agrega Gilda. Asimismo, cuenta, un grupo de voluntarios está viendo la opción de hacer un taller de robótica. "¡Imagínate lo que va a significar eso para las niñas!", añade.
Miguel Torres es jefe de Proyectos de Antofagasta Minerals y también forma parte de esta iniciativa. "El grupo motor que se formó es multidisciplinario, somos de distintas áreas, aportamos desde nuestros conocimientos y habilidades con mucho entusiasmo, lo que permitió formar un bonito proyecto. Como lo creamos en conjunto con la Fundación Las Creches, está pensado a la medida para sus necesidades, enfocado en entregar herramientas y que puedan tener más oportunidades", asegura.
Pero para esto, necesitan más voluntarios. Actualmente, el grupo de las oficinas de Santiago se compone de aproximadamente de 30 personas. Sin embargo, necesitan más manos. "Si bien gracias a algunas primeras donaciones ya han arreglado el comedor, una sala de estar y de terapia, aún falta mucho para que tengan un lugar digno donde vivir. Y juntos podemos lograr eso", explica María Eugenia Soto, analista de Bienestar.
Para la directora ejecutiva del hogar Las Creches, Eliana Collado, "es muy importante la ayuda que está realizando Antofagasta Minerals, porque con la colaboración de entidades y personas sensibles a la realidad de la niñez vulnerada, podemos dar continuidad a nuestra obra y entregar las mejores condiciones de vida a todas y cada una de las niñas que atendemos".
Si quieres hacerte socio o formar parte del proyecto de Voluntariado de las oficinas de Santiago de Antofagasta Minerals, contacta a María Eugenia Soto al correo msoto@aminerals.cl o a Gilda Guzmán a gguzman@aminerals.cl.