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Noticia

27-12-2021

Líderes que inspiran:

Saxo con amor

Darwin Sepúlveda toca The Beatles, Sting, Led Zeppelin y Europe. También reconoce escucha música pop como Dua Lipa. El subgerente de Planificación y Control de Proyectos de Antofagasta Minerals practica saxofón desde que tiene 13 años, un instrumento que ha sido fundamental para ejercer un liderazgo con convicción y compromiso.

"Supe que tocas saxofón", le dijo el gerente del proyecto Esperanza el año 2008.

"Chuta, ya no tengo ese instrumento", le respondió Darwin a su jefe en ese entonces.

"No te preocupes", insistió.

Una hora más tarde, apareció un saxo en su escritorio.  "Ahora no hay excusas", le aseguró.

Así fue como el subgerente de Planificación y Control de Proyectos de Antofagasta Minerals decidió presentarse junto a colegas en la inauguración del proyecto Esperanza en el Club Hípico. Después de largas horas de ensayo y preparación, lograron animar todo el evento. "Terminé cantando El amor después del amor de Fito Páez. Es que la música es parte de mi familia, de mis raíces. Mi tío abuelo era Solen Pereira, un gran arpista, y mi hija estudia canto", cuenta.

Darwin toca el saxo desde los 13 años. A los 15, formó Iron Kids, una banda de rock con compañeros de colegio. Tocaban covers de Europe, Metallica, Bon Jovi, Guns N' Roses, entre otros. "Estuve siete años ahí y luego decidí ser solista. Yo vivía en Cauquenes y me llamaban de muchos lados para tocar", señala.

Si bien algunos de sus grupos favoritos son The Beatles, Led Zeppelin, Greta Van Fleet, Sting y Europe, también reconoce que escucha Dua Lipa y hasta algo de K-Pop junto a su hija. "La música te da dos aspectos fundamentales para ejercer un mejor liderazgo. Por un lado, te enseña disciplina. No hay buena canción si no hay ensayo ni dedicación. Segundo, es colaborativa. Para poder crear necesitas de los demás, es un trabajo en conjunto".

Así es como a través de los distintos acordes aprendió a ser responsable y creativo. "Generalmente intento hacer lo que me corresponde y algo más, tanto con el saxo como en el trabajo. Me gusta implementar herramientas nuevas y desafiarme a hacer las cosas mejor. Además, cuando no tengo conocimientos respecto a algún tema, recurro mucho a los demás. Me acerco a alguien que sepa más que yo en alguna materia y así se crea un círculo virtuoso de cooperación y conocimiento".

Precisamente debido a estas y otras características, fue reconocido por sus compañeros al representar una de las competencias clave del Sello de Liderazgo: "Hago las cosas con convicción y compromiso".

Lo que el mar se llevó

Era el año 2010 y de un minuto a otro el mar se empezó a mover. La gente de Pelluhue estaba desesperada. Agarraban lo primero que tenían a mano y corrían lo más rápido posible. El caso de Darwin no fue distinto. Junto a sus dos hijos, esposa y padres se subieron al auto y empezaron a escapar de lo que era el principio de un tsunami.

"Estuvimos a segundos de que nos llevara la ola. Además, habíamos recién inaugurado nuestra casa en la playa y no quedó absolutamente nada. Después volvimos y nos costó ubicar dónde estaba", cuenta.

Esto marcó a Darwin y a toda su familia. A partir de ese momento, se replantearon su vida, su forma de actuar y hasta de pensar. "Tener cosas materiales no tiene que ser un propósito, porque las cosas se desvanecen, tal como desapareció nuestra casa. Esto nos sirvió para unirnos como núcleo familiar y, en lo laboral, para potenciar mi liderazgo, escuchar a los demás y orientarlos hacia lo verdaderamente importante", explica. 

Esa experiencia también lo ayudó a entender que para ser mejor persona y profesional es fundamental aprender y fomentar que los otros también lo hagan. Por eso, tomó una decisión: tratar de fortalecer todas las áreas que tenía menos desarrolladas. "Para hacer mejor las cosas uno tiene que buscar formas de aprender. En mi caso, permanentemente estoy observando las mejores prácticas de los demás y he tratado de ir adquiriendo conocimiento académico. He realizado cinco diplomados, un MBA y hoy estudio mi segunda ingeniería. Reconozco las áreas en que siento soy más débil y luego encuentro la manera de aprender", finaliza.